martes, 18 de febrero de 2014

Conducir sin rumbo

El día era oscuro, durante todo el fin de semana habían dado mal temporal en las noticias, el viento movía las parabólicas e intentaba arrancar a los arboles de su lugar, salí de casa como cualquier otro día,  monté en mi coche y puse la música a todo volumen, quería que la música arrancara pensamientos de mi mente, conduje sin rumbo, horas, si un destino fijo al que llegar, nadie me esperaba en ningún lugar, cuando estaba lejos de todo paré y me bajé, allí había gente, una de esas personas no paraba de posar sus ojos en los míos, la miré y nuestros ojos hablaron "niña, no soy el que ves, ni seré nunca lo que quieres que sea, pero aquí estoy, aprovechemos el momento que nos brindan nuestros ojos pero no, no pasará nunca nada, pero tú y yo nos llevaremos bien", comprendió el mensaje, lo masticó y lo trago, ahora forma parte de su estómago igual que del mío y aunque nunca pase nada, aunque mi cuerpo no tenga ganas ni de victorias ni fracasos, podría abrazarte hasta desangrarme, como Gara y Jonay, pero quizá en otra vida, en algún otro momento, en otro cuerpo u otra galaxia, pero aquí y ahora no. Lo siento.

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