domingo, 31 de agosto de 2014

Me he tumbado

Hoy sentía la necesidad de tumbarme, mi cuerpo no aguanta sentado. Mirar al cielo y ver estrellas. Solas, perdidas, en mitad del inmenso vacío, acompañadas de otras que la contaminación lumínica no nos deja ver. No necesito ver el cielo para saber que están ahí, por eso cualquier lugar es bueno para apoyar mi columna en el suelo. Contemplando no existe el dolor.
He vaciado los cajones de mierda, y he tirado todo lo que no quiero en mi día a día. Mi cabeza vuela pero mis pies siguen en el suelo. Cada paso es más importante y difícil que el anterior, por eso me tumbo, descanso y observo.
He descubierto la necesidad del ser humano y la he llenado de flores de papel marchitas.
He llenado rincones de mi cabeza que se encontraban vacíos, y conozco lo inherente/esencial de la vida.
Mis pulmones se deshacen de polvo acumulado durante  mucho tiempo, cada tos y estornudo me libera de palabras y sentimientos que nunca debieron estar allí.
He aprendido. Me he reído. Me he tumbado