jueves, 22 de octubre de 2015

La ventana

Media hora después de apagar el cigarrillo seguía saliendo humo por la ventana.
La ventana estaba hecha de aluminio que a su vez estaba recubierta con una capa de pintura blanca.  Hacia años las vistas eran peores pues había barrotes para que los niños no cometiesen alguna travesura que supondría una tragedia en el hogar. Cuando los niños se hicieron grandes, los barrotes desaparecieron.
La ventana da a un bloque de pisos pequeño, el cual te tienes que asomar para llegar a verlo y tras él, un bloque mucho mayor, haciendo que el primer edificio parezca minúsculo.
A la izquierda del bloque grande hay un parque, se puede ver como los dueños de los perros discuten, mientras que los perros juegan entre ellos, más allá, otro bloque similar.  A la derecha del bloque imponente cruza una calle, antes había un salón de bodas en esa calle y mucho antes lo que era el salón de bodas era un cine, ahora es parte de un supermercado.
La bolera también cerró hace años y de lo que fue una calle con mucha vida, sólo se pueden encontrar  bares con parroquianos que podría decirse que duermen en ellos.
El cielo que se ve por esta ventana es de los más azules que puedes ver y no es raro ver estelas de avión.
Se puede ver alguna chimenea de las viejas fábricas que quedan en la ciudad, y por ella entra el hedor de las calles tras una avería en las alcantarillas.
Por ella se pueden ver como las ratas cazan en la noche, e incluso como son cazadas.
La ventana también ve una habitación, en ella estoy yo, escribiendo estas lineas.

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