sábado, 10 de octubre de 2015

Todo esta ahí fuera

Espero que tus quejas se esparzan por el aire y lleguen hasta mi, porque estás tan cerca y a la vez tan lejos. Y del aire solo me llega un ligero susurro.
Un susurro que apenas puedo escuchar, mis problemas de sordera siempre estuvieron ahí, y por las noches los acufenos acompañan a mis pensamientos  hasta el cierre de mi consciencia.
Acufenos que crean un pensamiento mágico prediciendo si hablas mal o bien de mi.
Y ellos se mezclan con el susurro del viento, que confundo con el tráfico, y este a su vez con dos borrachos qué se elogian mientras dan tumbos por las calles, y se mezcla con el olor de la tila y el café y con tus despertares en la noche y con el gotelé de mi techo y sus peculiares figuras y acaba con el ruido de la cisterna del vecino, y  con el trapicheo de bolsas en cualquier esquina de la ciudad, y así,  tus palabras nunca van a llegar a mi con tanta interferencia. Lo único que se es que todo está ahí fuera

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